jueves, 23 de agosto de 2012

Se vale to' en (esta góndola vacía) de salchichas...

Yo me imagino que los fabricantes de salchichas, jamonilla y corned beef se reúnen en el Morro a hacer la danza de la lluvia todos los meses de agosto. Las tormenteras son opcionales, pero esa lata de corned beef de $ 7.00 no puede faltar. La mujer más amada esta semana se llama Carmela. En fin, ¡qué empeño del puertorriqueño de llenar los gabinetes de latas! Los supermercados parecían Irak... con matices de Plaza Guaynabo. Yo, por si acaso, me llevé el tenedor de Abdullah the Butcher debajo de la tetilla en caso de formarse un Royal Rumble frente a las paletas de agua.

Lo que si no me imagino es que nos enojamos si no viene la tormenta. ¡Qué pantalones! Aquí, si no vemos las planchas de cinc volando o a Pedro Rosa Nales arreguinda'o de una verja en Vieques, no estamos tranquilos. Nos sentimos como abandonados. Lárguense a los Cayos de la Florida para que los jiendan como avellanas, entonces.

La única explicación que le encuentro es que nos agarramos de cualquier cosa para olvidarnos de la política, el crimen, la inflación... Es quizás el único momento en el cual compartimos con el vecino, no sólo una extensión eléctrica o un poco de comida, sino un instante para descansar del trajín diario y todos sus problemas. Como dice la canción: "paz en la tormenta"...

Fuera de los días libres, del jacket del Gobernador, del break dance de Susan Soltero, demos gracias a Dios porque hasta ahora nada ha pasado. Pero, he llegado a la conclusión de que este país necesita estar en "aviso de tormenta" permanente. En estos momentos, sale lo mejor de nosotros como pueblo... aunque sigamos peleando por una lata de salchicha.

martes, 14 de agosto de 2012

Las Olimpiadas... en arroz y habichuelas

¡A la verdad que nos hemos gozado esas Olimpiadas! Medallas en deportes que nunca habían conseguido ninguna, la expectativa real de alguna medalla de oro, los grandes atletas brillando más que nunca... Pero, todo lo bueno se acaba. Y luego de 16 días, se apagó la llama olímpica hasta la próxima.

Y si hay alguna actividad que llama la atención en los Juegos Olímpicos, son las ceremonias de apertura y clausura. Luego de Beijing 2008, todo lo demás (en mi opinión y la de muchos) es un facsímil razonable. Eso no detuvo a Londrés de esforzarse para presentar su mejor cara este pasado domingo. Hay que reconocer que nadie había aburrido a tanta gente a la vez como esa ceremonia. ¡Un aplauso para el triunfo de Londres sobre el insomnio!

Todo esto me pone a pensar: ¿cómo hubiese sido si la clausura fuese en Puerto Rico? Si recordamos, Puerto Rico aspiró a las Olimpiadas del 2004... ¿Cuál es la risa? ¿Cuál... es... la ... risa? Bueno, no nos las dieron así que tuvimos que ir a Atenas a ganarle al "Dream" Team (ríanse ahora, chorro'e joyas).

Yo no vi completa la clausura de Londres 2012. Entiendo que comenzó con...

Música...

¿Ustedes se imaginan 4 billones de personas viendo a Barreto y su Plena abriendo la ceremonia? Yo tampoco. Luego viene el desfile de...

Banderas...

Una lucha "three-way-dance" de banderas entre Doña Miriam Ramírez de Ferrer, Tito Kayak y Carlos Pesquera no tendría precio... que yo estuviese dispuesto a pagar. (Si no sabes que es un 3-way dance, ¡búscalo hijo!). Si no fuera poco nos empujarían...

Más música...

No sé si poner a todo Pina Records y WY Records para salir temprano de ellos... Yo lo que si sé es que quiero la dupleta de Galante el Emperador y Rafael José animando. Si, mijo, si. Acaban los "cantueca" estos de cantar y vienen...

Los y las Atletas...

Dos semanas de grandes proezas físicas en el terreno de juego (y en la Villa Olímpica, no se hagan), los verdaderos protagonistas de estos Juegos (fuera del hermano perdido de Pat Riley, Richard Carrión) desfilan por última vez en el Estadio Olímpico. Noten que ninguno tiene puestas sus medallas. La verdad: ninguno de ellos ganaron un car... En Puerto Rico, estarían metidos en la "vuelta del pend..." y llegarían tarde. Algo que nunca había visto en una clausura fue la...

Premiación del maratón...

Keniano, etíope, keniano... Más nada con el testigo. Luis Collazo... Gracias por participar. Ni un minuto de break.

Mensajes...

Un montón de corruptos que tienen una finquita en el Comité Olímpico Internacional hablando ñoña. (Véase Carrión, Richard). Y entre mensajes, el sorteo de la Loto y el Pega Tres. Y si luego de este asco hay algún país que quiera ser nuestro sucesor, pasaríamos a la...

Entrega al próximo comité organizador...

Con la suerte que tenemos, le dan la sede a Irak y de show traen una demostración de misiles. Nada que ver con despedida de año en nuestras calles. Y, para rematar, un hacker dirige los cohetes al Capitolio. Demasiado pedir. Y, como le quitamos el timeslot a Viva La Risa, seguimos con...

Más música, ñeta...

En una fiesta de pueblo, los que único cantan en fiestas patronales en este país: Límite 21, Joseph Fonseca, Karis, NG2, Rika Swing, y muchos otros grupos con los cuales los Sanabria se destacan evadiendo contribuciones. Y con la alegría a flor de piel, llega el momento de apagar el...

Pebetero...

De no irse la luz o acabarse el gas, la llama olímpica se apagará por 4 años. Y, aunque parezca que me burlo de nosotros como país, creo de verdad que, con la actitud y la planificación correcta, podríamos organizar las mejores Olimpiadas de la historia. Porque el unirnos como país apoyando a nuestros atletas hizo que el futuro ya no se vea tan oscuro. Quizás la llama olímpica se apagó físicamente, pero sigue brillando en nuestras entrañas más rápido, más alto, más fuerte. ("Citius, altius, fortius").



viernes, 3 de agosto de 2012

En pie de lucha

En este cuadrilátero llamado vida, no puedes pedir tiempo. No te dan tregua, ni la puedes dar. El reloj corre, y hay que aprovechar cada segundo desde ese primer campanazo. 

La introducción...

  
"Haciendo su recorrido hacia el ring, el retador..."

Asomamos nuestra cara hacia afuera de la casa y sabemos de antemano que nos encontraremos con un tumulto de gente metida en carros en un descomunal tapón. Muchos, con demasiadas presiones sobre sus hombros. Con tristeza. Con miedo. Otros, con esperanza. Quizás, sólo con eso. Todo eso está presente en nuestras mentes. Pero aún así, nos encaminamos a la lucha diaria... Orando que no se vacíe una goma.

Suena la campana... 

"Ding, ding"

Ponchamos en el trabajo, entramos al salón de clases, a la oficina del gobierno, al salón de terapias... Y la lucha comienza. 

Toma de arbitro...

La rutina, los problemas, el cansancio, vienen de frente hacia nosotros y medimos fuerzas con ellos, tratando de sacar ventaja y dominar. Hasta otras personas se convierten en nuestros rivales, hasta con una mala actitud.  Empiezan los candados, las llaves y contrallaves. Un trabajo a última hora, una asignación, un cliente difícil, un compañero o compañera de trabajo aún más difícil, son esa "picada de ojos" que nos quita el foco momentáneamente.

Monkey flip y un par de patadas voladoras...


Algunas veces hay gente que nos quiere hacer lucir mal y humillarnos. Estas dos movidas son ejemplo de eso. El abusador de la escuela, el o la recepcionista amargado, el lambón del jefe que no quiere que lo hagan lucir mal, el maestro o maestra que cree saberlo todo... Hay que sacudirse y seguir luchando. 

Pelea fuera del ring...


Y muchas veces, para resolver los problemas, tenemos que "matarnos en la raya" (Héctor el Father voice) (Cuando digo matarnos, no es literalmente). Las circunstancias no serán siempre las mejores. Hay que estar preparado para pelear, por mi educación, por mi desarrollo profesional, por mi felicidad. Por los medios que sean necesarios.

La llave final...



Quizás la apliques tú, o la recibas. Eso es inmaterial. Porque, al fin y al cabo, es sólo una batalla. Son las únicas 24 horas que tenemos en nuestras manos y, en ellas, aprendemos de cada triunfo y cada fracaso. El día no depende tanto de metas individuales, sino de construir una experiencia de vida plena y satisfactoria. Hoy aprendo y crezco porque vivo. Si mañana despierto de nuevo, habrá tiempo para reagruparse e ir por ese toque de espaldas, por los tres segundos. Ganando o perdiendo, soy una mejor persona hoy. ¡Pero no se equivoquen! Hoy es el tiempo de ganar. Éxito, y nos vemos en las luchas. 

"¡Uno, dos, tres! El vencedor es..."