lunes, 26 de octubre de 2015

#AbrazaLaCrisis

Ese es el hashtag con el que cierro los status de la página de Facebook de este blog, así como los tuits y textos en Twitter e Instagram, respectivamente. es una invitación corta y precisa: "abraza la crisis." Si la analizamos así como está, es una total contradicción. ¿Quién demonios quiere "abrazar" algo tan negativo, tan drenante, tan angustioso, tan incierto? Yo busco abrazar lo positivo, lo que añade a mi vida, lo que suma, no lo que resta. Lo abrazo para hacerlo parte de mí, para ser mejor persona, para crecer...

Me dices por un lado que tenga una actitud positiva, que me rodee de personas que me hagan mejor, que no me rinda, etc. ¿Pero me aconsejas que "abrace la crisis"? O sea, que acoga en mi diario vivir todo eso que lo único que causa en mí es tristeza, tensión, frustración, carencia, vacío... Es un mensaje absolutamente contradictorio.

Parece, pero no lo es. Porque así mismo como digo #AbrazaLaCrisis, también digo:

La crisis es OPORTUNIDAD.

Oportunidad que se presenta para quienes ven a la crisis de frente y no la ven como el final del camino, sino solo como un pequeño desvío que debe ser sobrepasado. Porque la crisis siempre ha existido, desde que el hombre es hombre, y ha sido detonante de los grandes cambios antropológicos, sociales, biológicos de la historia. En nuestras sociedades, tan dinámicas y cambiantes como los seres humanos que las componen, son las crisis las que nos mueven a adaptarnos, a sobrevivir, a seguir adelante. Las migraciones, las guerras, las hambrunas, las sequías, entre otros, nos mantienen en guardia y alertas. Se presentan y demandan acción de nuestra parte. 

Por lo menos en Puerto Rico, la cosa está mala, no sé en otros países en los que me leen (porque me leen en los 5 continentes, graciosos). A todos y cada uno de nosotros nos ha tocado la crisis económica, social, laboral, moral, etc. O un divorcio, un despido, una enfermedad, un crimen, algún brazo de esa omnipresente crisis nos ha alcanzado. Y aprieta duro, ¿saben? Y nos deja sin aire. Y duele. Y te preguntas: ¿por qué a mí? Si yo soy una buena persona, ¿tan malo he sido? Aclarando, el que pases por una crisis no tiene NADA que ver con que seas o no una "buena persona." Tiene que ver, según mi experiencia, con una sola razón: la vida es bella, pero a la vez es injusta. Suena fuerte, ¿verdad? Pues si, nadie es invulnerable al dolor ni al sufrimiento. Nadie es inmune a la crisis.

La vida, a través de las personas y situaciones, te va a fallar, te va a decepcionar, te va a quitar la paz y la estabilidad. Y no hay break, no hay forma de escapar de eso. Y cada persona lo toma de diferente manera. Unas campean el temporal. Otras... bueno, digamos que enganchan los guantes antes de tiempo. Estas últimas no vieron la oportunidad, solo la crisis...

Ese divorcio puede ser la oportunidad de un nuevo amor, y de arreglar las diferencias con tu antigua pareja en un escenario que no envuelva la convivencia diaria. Esa pérdida de empleo sacará a relucir talentos empresariales que quizás poseas. Esa colgá en la escuela podría ser la alarma que te avise que esa no es tu vocación profesional. Él hambre, la sequía, la necesidad, alimentan la imaginación y la iniciativa del ser humano, no sólo para auto-preservarse, sino para servir a quien no puede valerse por sí mismo. 

Para aquél que permanece aquí, o se va a nuevos destinos; para quién echa pa'lante o quien ya no puede más; para quien es exitoso o quien está viviendo cheque a cheque; para quienes están celebrando una nueva vida o están de duelo... Para todos ellos, va un abrazo de quién es hijo, hermano, padre, amigo, asalariado, trabajando en algo para lo cuál no estudió pero sabe que existe una razón para todo. Les digo, estas palabras son tanto para ustedes como para mí, que me levanto todos los días a dar la batalla por mis sueños igual que ustedes. 

La crisis es oportunidad, es la oportunidad de subir a este cuadrilátero llamado vida y pelear por mi lugar en este mundo, por mi bendición, por sobrevivir y mantenerme... y lucir fabuloso en el proceso. 

Hermana crisis, es tiempo de caminar.