viernes, 20 de abril de 2012

La noche de anoche...

Ayer yo estaba bien "pompiao" para escribir en el blog. Eso fue antes de trabajar hasta las tantas de la noche. Sabrán que no escribí nada. Y bueno, aquí estoy, escribiendo sobre la marcha, sin idea de qué escribir. No quiero ser repetitivo en un país que le encanta recordar sus propios fallos día a día.

No quiero hablar de política. Estoy todo el día escuchando de política y como ésta ha desvirtuado el servicio público. Mejor dicho, politiquería. Porque la política de este país es de grado kinder, con la salvedad que los niños no lo hacen de maldad. ¿Y saben qué es lo peor? Que quienes los trepamos fuimos nosotros. Ellos son el reflejo de lo que nosotros tenemos de capacidad.

Tampoco de crimen. ¿Qué parte de "La raíz de todos los problemas sociales es la falta de valores" no entendemos? No, que no hay suficientes policías... No, que ni la escuela ni la iglesia son efectivas... No, que si el status... ¿Qué puñ... tiene que ver el status? Simple y llamamente, si en mi casa no me inculcan valores, no esperes que los aprenda en la esquina. Lo que va a aprender es a marronear favores y dinero, a cogerlo suave, a abandonar sus responsabilidades, a que estudiar no vale la pena, que los hijos pueden vivir sin supervisión y amor, etc. Mano, uno se cansa de leer periódicos en este país, con lo mismo.

Tampoco de farándula. ¿A mi qué carajo me importa... (si, dije CARAJO)... la vida de los dichosos artistas, si se dejan, lo que piden en los hoteles, con quién se acuestan, el carro que se compraron, si no pagan propina...? ¿Y qué? Yo no pago la compra con la TV Aquí. Que se recojan a buen vivir.

De nada de eso quiero hablar. Esta vida es mucho más que apariencias. Es vivir con dignidad y respeto a ti mismo y a los demás. Es lograr vivir de la forma que quieras (sin dañar al prójimo) y que te sientas pleno. Es impactar tu entorno y ser la diferencia, sin colores ni bandos. Y sobretodo, no traicionar tus valores ni tu conciencia por el qué dirán. Sólo así, cuando toque la última campana del combate, estaremos todavía en pie de lucha para el próximo.

Y bueno, como todavía no sé de que hablar, les contaré mi noche. Había mucha gente y cuando llegamos, todo cambió...

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