lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué tiene de malo lo que dijo Barea?

Eso me pregunto yo. Si algo yo no le cuestiono a José Juan Barea es su entrega en la cancha. Quizás su planificación familiar, su selección de tiros, pero no su entrega. Por algo ha llegado tan lejos en su carrera. Y por eso se debe considerar seriamente su opinión en cuanto al desempeño de su equipo en la NBA estadounidense, los Timberwolves de Minnesota.

Desde que su armador regular, el seleccionado nacional español Ricky Rubio, se lesionó el equipo se ha sumido en una mala racha que lo ha sacado fuera de la postemporada por vez número 4,236 en línea. Y si sumamos la lesión del doble de The Hangover, el delantero fuerte "Todos Estrellas" Kevin Love, llueve sobre mojado para los Wolves. Se enco... je de hombros cualquiera. Y Barea, que vino encogido de fábrica...

Pues Barea, quizás afectado por la cuarentena de cierta modelo nada rubia, tronó contra sus compañeros de equipo en una entrevista, aduciendo a que los demás jugadores tienen la mente en el ca... rro, la casa, la novia, la chilla, etc., menos en la temporada regular. E indicó que si no se recogen a buen vivir, van a ser la cherry de la NBA por los siglos de los siglos, amén. Y por último, que le duele el pecho, como al Guitarreño. Bueno, eso me lo inventé, pero va por ahí.

Por supuesto, en la tradición de los más valientes caballeros, algunos de los aludidos contestaron... a través de Twitter... que si, quizás, están pendientes a otras cosas. ¿Me lo juran? No, si no se nota. Le dicen que, en vez de culpar a otros, se deben auto-evaluar. ¿Serán los mismos que dirán en futuras entrevistas que el equipo se guayó por las lesiones de Rubio y Love?

¿Cuál es la molestia, realmente? ¿Cómo lo dijo? ¿O que lo que dijo es verdad? El tipo ganó un título de NBA, siendo parte fundamental del equipo. Entiendo, en mi opinión, que tiene standing para decir lo que dijo. Y al que no le guste, que bregue con eso. Son profesionales, y para que se los diga un reportero, que se los diga uno de ellos.

Claro, no faltará quién diga que es un bocón y ridículo por decir esas cosas. Que quién se cree que es, que le va a pasar como a Carlos Arroyo (lo que sea que le haya pasado, fuera de jugar por todo el mundo y ganar un billete, entre otras calamidades)... Pretendemos que se quede callado como dócil palomita y que se fastidie todo. ¿Cuál es el miedo? Sea la madre del miedo y... también. Ese es su trabajo. Si a mí no me gusta alguna situación en el trabajo, me quejo y ya. Si mis compañeros son unos recostaos, que aguanten presión. Entonces, ¿cuál es el problema? Como con el conformarnos hemos conseguido tanto...

Yo, en mi carácter personal, apoyo 100% a J.J. Barea y ojalá les diga más. Sea Kevin Love o quien sea, la verdad se dice de frente y sin rodeos. Si él quiere ser parte de un equipo ganador y cree que haciendo eso ayuda a sus compañeros, adelante. Y eso aplica también a nosotros. Por nuestras metas, los medios que sean necesarios. Suena la campana... ¿Por qué conformarme?

(foto: El Nuevo Día)

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