¿Que perdieron? Si. ¿Que República Dominicana le ganó tres veces? También. ¿Que se quedó corto Puerto Rico de nuevo? Quizás. O quizás no. En mi humilde opinión, la actuación del equipo de Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol sobrepasó las expectativas de todos. Y nos trajo cosas muy buenas. Porque, aún con la derrota, hay razones para sonreir.
Primero, nos dio esperanza. Nos dio la oportunidad de soñar, de ver más allá. Y en una sociedad que adolece de buenas noticias, este equipo fue un farol brillante entre mucha oscuridad. Los imaginamos levantando el trofeo y, con ellos, todos nosotros. Nos vimos al fin celebrando. Los complejos desaparecieron. Y fue Puerto Rico, PUERTO RICO, quien le dio vida a un Clásico que hubiese pasado desapercibido aún con la gran actuación de Dominicana. Aún perdiendo, el público, el deporte, el país ganó.
También, aprendimos que el papel aguanta todo lo que le escriban. Descartaron al equipo porque no se veían los apellidos Alomar, González, Williams, Martínez, Baerga, y demás. Estábamos destinados a coger pela tras pela tras pela. Dos semanas después, Venezuela, USA, Japón, entre otros, miraban el Clásico desde sus casas mientras Puerto Rico jugaba la final contra Dominicana. Porque más importante que los nombres, son los hombres.
Nos montamos todos, TODOS, en la ola. Hasta los que hoy se burlan del equipo llamándolo Sub-campeón (como si fuese malo ser el SEGUNDO mejor equipo del planeta). ¿Alguno de nosotros es el segundo mejor del mundo en algo? Ah, eso pensé.
Pueden decir que hicimos el ridículo, que barrieron con nosotros, que jugamos como nunca y perdimos como siempre. Pero este juego por el campeonato del mundo fue una victoria para todos los puertorriqueños. Y me llena de alegría y la sonrisa en mi cara no se va. Me siento parte de una tierra de ganadores, de luchadores, de fajones.
#SoySubcampeón y con orgullo. La República Dominicana tiene mejor equipo... Pero el mío es Puerto Rico ayer, hoy y siempre.
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