jueves, 8 de enero de 2015

¡Vélame la fila, plis!

En Navidad, muchos puertorriqueños hace 3 filas distintas: la del Black Friday, la de sacar los juguetes del lay-away y la del Día de Reyes en donde el Gobierno entrega regalos. Dije muchos, no dije todos. Porque éste que está aquí no hizo ninguna de las tres ni pa'l carajo.

Analicemos bien la situación: el bono de Navidad llegó 1 semana después y no es para tanto la prisa por comprar regalos. Por lo menos para mi, que Santa Claus me desahució hace años. Y total, uno se levanta temprano y se entra a las pezcosás con la gente para comprar un televisor Tumai... digo, Funai, y otro va a las 10 am y quedaba de todo. 

Los regalos se deben comprar con tiempo, porque ese 24 no hay quien vaya a los malls de lo llenos que están. Y ahora hasta te velan para robarte los regalos, una cosa increíble. A que los pilotos no van a Condon World y le roban el vibrador 4 cilindros VTec a la primera que salga de ahí y se lo... Mala mía, no quiero darle ideas a nadie... El punto es: tantos años de lay-away en PR y la gente no aprende. A mi me está que es algo genético que tenemos los boricuas, amamos el peligro, como Cool McCool. 

Pero peligro es ir a buscar juguetes a donde sea que el Gobierno entregue regalos en Día de Reyes. Tanto así que ahora pasan por detectores de metales hasta a los niños. Yo sé que es realmente por otra cosa, pero no quisiera decir que Alejandro tiene miedo que lo maten "a lo Col of duti". Eso sería especular, y por  "especular", quiero decir que estoy bien seguro de eso. Aunque, en parte, si hay razones para preocuparse: si las personas que van a esos eventos muchas veces han expuesto a sus hijos a agua, sol y sereno por un juguete de Farmacias El Amal, que en paz descansen y que resolvían un montón. 

Y así nada más, ya estamos en enero. Y con el año nuevo, vendrán otras filas que haremos siempre y cuando así lo queramos. Una bien buena viene el lunes que viene: la entrega de notas escolares. No obstante, ahí nunca he visto filas. Lo que van son 4 gatos y tres de ellos tienen chikungunya... Ahí no hacemos fila, al parecer si no tiene pantalla de 70 pulgadas no nos interesa. Y mientras más rápido sea, mejor. Como cuando vamos a sala de emergencia, donde también hacemos la fila de la vida para que nos atiendan. Y peleamos y nos quejamos y nos portamos como los nenes chiquitos, como si fuésemos los únicos allí. Pero que la Dra. Ortiz nos insulte diciendo que por culpa de Daddy Yankee Yooooou estamos como estamos, que nos entra el guille de reporteros de Univisión, antes que se extinguieran. Y no digo que ella estuviese bien, pero es humana, hello. Hacemos la fila pa'l Krispy Kreme nuevo (como si fuese diferente a los demás) por horas y horas por una trapo de dona que regalan pero para donar sangre en las mega-sangrías no, porque me mareo, porque va y soy anémico sin saberlo, porque me dan miedo las agujas (pero tengo 45 tatuajes que al parecer se los hicieron con un palillo de dientes...

Lo verdaderamente valioso en esta vida, cuesta. Y hay que hacer turno y dedicarle tiempo. Y dejaremos de hacer cosas que quizás nos gustan mucho para hacer lo que nos toca hacer. Pero vale la pena. Hacer la fila de buscar las notas, de donar sangre, esperar nuestro turno en el hospital para ser atendidos o que atiendan a nuestros hijos o familiares, son situaciones que no nos dan esa gratificación momentánea de por ejemplo, un televisor nuevo, un video juego recién lanzado, unas deliciosas donas... Pero al final, ese tiempo que le dedicamos a las cosas importantes de nuestra vida será el tiempo mejor invertido. 



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