Me tienta hablar mucho de este tema, y es el baloncesto. Y más ahora que hoy empieza el famoso "repechaje", o el Torneo Clasificatorio Olímpico para varones. Los "12 Magníficos", como se le conoce al Equipo Nacional Masculino de baloncesto puertorriqueño, viajan a tierras venezolanas a intentar clasificar a los Juegos Olímpicos. Ya es la segunda vez que asisten a este tipo de torneo y, a decir verdad, no les fue muy bien la primera vez.
Y ese resultado es, en mi humilde opinión, un reflejo de los tiempos que pasa el basket boricua. Así como los Piculín, Mincy, Quijote, Rivas, León, Carter, etc., le dieron paso a una nueva camada de jóvenes talentos para que tomaran su lugar, así mismo varios veteranos se han hecho a un lado para que la nueva generación de canasteros nos representen.
Además, el deporte se ha profesionalizado grandemente, y ahora los jugadores son "assets" (activos) de los equipos, los cuales representan mucho billete para sus dueños. Por eso, en estos tiempos, no es rentable dejarlos participar en Olimpiadas ni pre-olímpicos o pre-mundiales, etc. Ya los seguros no los quieren cubrir por el riesgo (real, como el caso de Edgar Sosa, jugador dominicano, en el pre-olímpico de 2011) de lesiones. Y los mismos jugadores se frenan muchas veces si están en época de renovar sus contratos.
Uno podría llegar a entender esos y otros motivos para la baja en el rendimiento del equipo nacional. Y, como expliqué en una entrada anterior, ahora hay torneos "grandes" y "pequeños", donde van los equipos "A" y "B" a competir. El primero, supuestamente el "mejor", va a los torneos que clasifican para algo. El equipo B es el "menos bueno" y está lleno de novatos y jóvenes que necesitan experiencia y van a los torneos regionales a adquirirla. No es que me encante la idea de segregarlos tanto, pero son estrategias de nuestra egregia (sarcasmo) Federación de Baloncesto.
Dicho esto, quiero ser bien claro en mis opiniones: es la Federación la que convoca a los Equipos Nacionales. No es uno mismo quien se convoca. Ni tampoco es uno mismo quien se "corta" del equipo. La inconsistencia en las actuaciones del equipo nacional afectan su ranking mundial, lo que a su vez afecta la capacidad de recibir wild cards a torneos de importancia y de correr como país candidato a ser sede de grandes competencias. Ni la Federación ni algunos jugadores han entendido eso. Mientras jugadores como Ubiles, Ayuso, Dalmau, entre otros, decidan que hoy no estoy pa'l Equipo Nacional, ese torneo no es importante, mejor es ir al campamento de la NBA o no me aseguraron estar en el cuadro o estoy comiendo sendo banco, etc., y la Federación sea tan boquiabajo que le ría las gracias, nuestra representación en el deporte de los canastos seguirá estancada. Mientras sean los auspiciadores y los dueños de equipo sean los que deciden quiénes juegan y quienes no, estamos feos pa la foto y peor pa'l video.
El dinero le ha quitado el espíritu al olimpismo. Mis ganancias son más importantes que los beneficios sociales, culturales y económicos que nuestras delegaciones deportivas le atraen al país. Aprovechamos el más mínimo momento para denigrar a nuestros atletas cuando no ganan. Como si todos los atletas ganan siempre. Analicemos un hecho: representar al país (en lo que sea) es un PRIVILEGIO que sólo unos pocos tienen, y que usted ni yo probablemente jamás tendremos. Yo jamás sabré lo que es eso. Es un honor que no tiene precio. Por lo tanto, es menester aceptarlo, sin excusas, y llevarlo a cabo con el mayor de los compromisos. Y es responsabilidad de los encargados de ese equipo el proveer las condiciones para que nuestros jugadores vayan bien preparados y enfocados a conseguir la clasificación.
Yo no conozco personalmente a ningún jugador de nuestro equipo nacional. No conozco sus motivaciones para estar ahí. No sé si atesoran esta oportunidad. Lo que si sé es que veo en sus uniformes el nombre "Puerto Rico". Pisan la cancha y me olvido de los bochinches, de las peleas, de las excusas, de la falta de fondos... Suena el silbato y es momento de ganar, con los que escucharon el llamado, con los que dijeron que si. Como fanático (porque eso es lo que soy, no pretendo ser nada parecido a un experto), les deseo el mayor de los éxitos y que Dios los cuide. Y olvídense de lo que diga "el papel". El juego comienza cero a cero y juegan cinco contra cinco. Hoy: Venezuela. Próxima parada: Londres. Si, así será.
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