jueves, 24 de enero de 2013

¿Viejo y pela'o?

El título es un poco áspero, pero me explico... Si usted miró su talonario de pago de nómina y vio que le pagaron menos... ¡Felicidades! Su estancia en la clase media (pelá) será cada vez más larga.

Desde hace algún tiempo, su aportación al seguro social se igualó a la que hace el patrono a su nombre. 6.2% para ser exactos. Un aumento de 2% que parecerá 70...

Tomemos por ejemplo a alguien que gane $2,000 mensuales. Un 2% de $2,000 es igual a $40. Si lo multiplicamos por 12 meses, se convierten en $480. ¡Son buenos! Si le agregamos ese aumento a la aportación anterior, de $84 que el empleado aportaba al mes al seguro social ($1,008 al año; de todo el mundo menos el de él), aportará $124. Unos nada despreciables $1,488 anuales.

¿Usted sabe todo lo que se puede hacer con ese dinero extra, que nos están reteniendo para sostener un sistema obsoleto que por cada uno que aporta, 33 reciben beneficios? Y no me malinterpreten, en mi familia varias personas reciben este beneficio al que aportaron por años. Pero, ¿y los demás? ¿Los jóvenes de ahora, no deberían tener esa oportunidad también al momento del retiro?

Es más, el momento de recibir la paga por el trabajo, ¿no debería ser feliz? ¿O se va a limitar solamente en saber de dónde más me van a quitar dinero para tapar rotos en una maltrecha economía? ¿Esta sociedad seguirá golpeando a los que menos tienen para continuar vendiéndonos esta ilusión de que el Gobierno nos cuida? Porque yo no veo nunca a Jennifer López (sólo por poner un ejemplo) quejándose de que ese chequecito que recibe por cada show llega desfalca'o. Esos ejecutivos de Wall Street que reciben esos obscenos bonos de productividad estoy seguro no van a hacer una fila en la Avenida Barbosa para un voucher para una vivienda. Apuesto una bola... una trapo 'e bola que Ricky Martin no va al supermercado con una calculadora para no pasarse del dinero. ¿Ustedes han visto a Sila o a Cantero Frau empeñando un plasma en Oro Centro? Me extraña y me araña.

Nadie se va a preocupar por cómo se va a mantener ni en esta época ni en sus últimos años. Sólo usted y yo tenemos la responsabilidad de maximizar nuestros recursos actuales y, a la misma vez, asegurarnos a cada uno con un retiro digno. Las prioridades deben cambiar, nuestra lista de compra debe ser diferente, hay que adquirir hábitos de ahorro y cuidar (o rehabilitar en muchos casos) nuestro crédito. El LCD de 85 pulgadas puede esperar...

También, hay muchos instrumentos financieros que nos ayudarán a procurarnos una jubilación sin grandes necesidades. Cuentas IRA, 401(k), fondos mutuos, bonos del tesoro... El tiempo es ahora. La vida cada vez está más cara. El Gobierno nos ha dejado desprovistos a los más jovenes de las ayudas más importantes para nuestra vejez. ¿Pero cuándo no nos falla el Gobierno? Los tiempos se perfilan difíciles. Pero muy bien lo dice el conocido refrán: "a Dios rogando... y con el mazo dando." Dios siempre provee. Sólo hay que poner manos a la obra.


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