martes, 16 de julio de 2019

Me alegro

Yo no soy un escritor prolífico. No tengo ese talento, y lo admito. Necesito tener algo sobre lo cual escribir, y que eso sea importante para mí. Cuando se trata de Puerto Rico, es más que suficiente para motivarme a escribir, porque hay pocas cosas más valiosas para mí que esta tierra. Y mi tierra, en estos momentos, grita por un cambio. Un cambio que es “para ayer.” Y todo cambio comienza con una crisis. 

De las primeras cosas que aprendí en la universidad es que el cambio es vital para toda sociedad. La mantiene dinámica, funcional, la hace evolucionar. También aprendí que el cambio, el verdadero cambio, es difícil, doloroso, antipático. Y nuestra naturaleza lo resiente. Buscamos la comodidad y el comfort del “status quo” como puerto seguro. Hasta que se presenta una crisis, un momento en que nuestra estabilidad y seguridad se ve amenazada. Y llega el momento de tomar decisiones, de tomar acción. Y la oportunidad de cambiar. Y eso es la crisis, una oportunidad. La oportunidad de hacer algo diferente, para alcanzar algo diferente a su vez. Y crecer. Progresar. 

En estos días, Puerto Rico ha vivido momentos históricos de profunda crisis gubernamental. Funcionarios públicos arrestados por corrupción. Un “chat” de la aplicación móvil Telegram, donde participaban el gobernador Rosselló y sus más cercanos colaboradores, que ha expuesto las verdaderas caras de estas personas y cómo desprecian a este pueblo con sus gestiones públicas y sus expresiones. Todo esto ha detonado un movimiento civil que ha exigido, mediante la palabra y el activismo, la renuncia del Primer Mandatario. Sin contar, la indignación por las burlas infantiles de este grupo en contra de correligionarios y rivales por igual. Todo el mundo fuera de su círculo era “fair game.” La confianza en el gobernador ha sido -en mi opinión- irremediablemente lacerada. Y por eso, es también mi opinión que Rosselló debe dejar el cargo por el bien de todos.

No nos llamemos a engaño, estas situaciones no son exclusivas del gobernante Partido Nuevo Progresista, sino que el principal opositor Partido Popular Democrático opera de manera similar (aunque digan lo contrario) para asegurar su pedazo del pastel colonial que representa Puerto Rico. En Puerta de Tierra no hay un convento de hermanitos de la caridad. El PNP y el PPD se han encargado de administrar la colonia bajo el pretexto ideológico de la búsqueda de la estadidad y la defensa y desarrollo del Estado Libre Asociado, respectivamente. Llevan más de 70 años gobernando y ninguna de las 2 cosas se ha dado (porque el ELA no hay quien lo defienda ni lo reviva). La cosa es que esta vez le toca el turno al PNP, como hace un tiempo le tocó al PPD con el exgobernador Acevedo Vilá, acusado federalmente. 

Hay personas que han subestimado esta situación, aduciendo que “todos hacemos lo mismo”, “todos tenemos un chat donde decimos las mismas cosas”, “los traperos hablan peor y los apoyan”, etc. Tienen algo de razón, yo soy una persona que gusta de la tecnología y de probar las más nuevas aplicaciones. Y éstas me han ayudado en mi vida privada y laboral. Tampoco puedo negar que vacilo por esos chats y comparto cosas chistosas en ellos. Pero eso soy yo, que no soy gobernador ni nadie famoso e influyente. Yo no manejo ni diseño política pública. Como agente de rentas internas, solo hago cumplir las leyes fiscales de Puerto Rico. Y soy uno más. Pero el gobernador Rosselló y el grupo de fraternos que lo acompañaban en ese chat manejaban (y aún manejan) una serie de poderes que los ponen en una posición ventajosa sobre el ciudadano de a pie, aquel que hizo fila en la gasolinera y en el supermercado luego del huracán María. Aquellos que vivieron sin luz ni agua por meses largos, que vieron cómo las ayudas jamás llegaban, mientras estos infelices jugaban a la política a cuestas de pueblo. 

Ahora nos encontramos con una ciudad capital de San Juan convertida en un campo de guerra. Daños materiales, heridos, arrestados. Todo muy lamentable... hasta cierto punto. Y es aquí donde voy a exponer mi punto y el por qué llamé este escrito como lo hice. Cuando el pueblo enfrenta al gobierno, es motivado por una situación que es ya insostenible. Está bueno ya de que cuanta persona adquiera poder en este país lo utilice para su lucro y para aplastar al más débil. Todos los días, este gobierno, y el anterior, y el que estaba antes que éste, y los gobiernos de estos últimos 70 años nos dan una bofetada a nuestro orgullo, faltándole el respeto a quienes depositaron su confianza en ellos mediante las urnas. Este pueblo se cansó, y está respondiendo. Con sus palabras y con sus actos (varias veces violentos), en el patio de la casa del gobernador. ¿Y saben qué? Me alegro.

Los grandes cambios, las grandes revoluciones, no se dan en el “País de las maravillas.” Se han dado peleando, resistiendo, derramando sangre. Porque cuando hay guerra -militar o civil-, va a morir gente, van a haber daños y pérdidas, y eso nadie lo puede evitar y todos lo tenemos que entender. ¿Se rompieron algunos cristales y se escribieron algunas paredes? So what!? ¿Una que otra persona cogió un macanazo perdido por defender su punto de vista, el cual lo hace voluntariamente y en plenitud de conciencia? So what!?!? ¿A alguno que otro policía se le ensució su uniforme enfrentando a la multitud, o fue golpeado, o sintió profunda tristeza por la situación? So what!?!?!?!? Son cosas que TIENEN que pasar para que este país salga hacia adelante, para que el gobierno se limpie, para que nos respeten como pueblo, para que la crisis que estamos viviendo valga la pena. 

Usted no tiene que estar de acuerdo conmigo. Lea el entrelíneas antes de descartar mi punto. No estoy deseando el mal para nadie. Soy una persona que cree en el diálogo y la cooperación. Pero esta oportunidad de cambiar las cosas no la podemos dejar pasar. Esta oportunidad de limpiar el país de estas lacras y parásitos políticos es demasiado valiosa. Tienen que caer, tienen que pagar, tienen que responder. No condono los actos violentos pero, ¿realmente es lo peor que puede pasar? ¿Peor que el saqueo institucional que ha infectado al gobierno por años? Las paredes se pueden pintar, las vitrinas y ventanas se pueden reemplazar, no seamos ridículos, que don Ricardo Alegría se mató restaurando San Juan y hasta máquina de presión usaron contra las paredes del Morro. Por eso y más, me alegro que esto esté pasando, aunque suene fuerte. 

Me alegro porque Puerto Rico despertó. Me alegro porque los cogimos en la pifia y se cayeron las máscaras. Me alegro porque este pueblo está peleando. Me alegro, porque hay esperanza. Y de eso se trata: de la esperanza de un Puerto Rico mejor. Me alegro, me alegro... 

(Foto: Agencia EFE)






lunes, 7 de enero de 2019

Haz algo por ti

Yo sé, la lista de resoluciones no cambia con los años. Bajar de peso, viajar, ahorrar, etc. Tenemos este bucket list irreal que nunca cumplimos porque no nos ponemos en posición de lograrlo. Y uso la palabra irreal, no porque sean metas imposibles, sino porque tenemos la creencia dándonos por detrás del cocote de que vamos a fallar. A volver a fallar.

La batalla contra la mente y las ideas negativas es diaria. Ellas no se cansan tanto como nosotros. Y es tan fácil caer víctimas de ellas, que no sabemos qué hacer. No sabemos hasta que nos detenemos y vemos las cosas en su justa perspectiva. Cuando las vemos del tamaño que realmente tienen. Bajar 50 libras (más o menos, no me he pesado de nuevo), ¿son tantas como para no intentarlo? Subir 200 puntos de crédito, ¿nadie jamás lo ha hecho? Comprar una casa o un carro nuevo, ¿es pensar en "pajaritos preña'os"? El ahorrar para el retiro, ¿ya se me hizo tarde? ¿En verdad todo esto está tan lejos, que el solo imaginarlo es cosa de locos?

Yo creo que no. Y les explicaré por qué. Y no porque sea el más experto ni este único motivador. Les voy a hablar de lo que he visto y vivido. Todo comienza por hacer algo por ti. A diario. Sin fallar. Si cuando yo me levanto no agradezco la bendición de seguir vivo, nada tendrá el valor por el cual yo luchar. Nos despertamos como robots a una hora que odiamos, a un trabajo que me repugna, con gente que me cae mal, a atender a personas que quizás no merecen el servicio y me tiran los retratos... disculpen, me desvié del tema. Si por la mañana, yo me olvido de desayunar, cuando llegue el almuerzo voy a estar más verde que un aguacate y me voy a comer el mundo entero. Y en la cena, ni se diga. Y llegar a la casa después de chuparse tremendo tapón en la carretera me hace pensar y repensar si hago ejercicios o no. Y sabemos que, si lo pensamos mucho, no hacemos nada. Y llegan esos días libres y julio que quiere es desaparecerse, y salir y gastar y comer y beber y que se fastidie todo. La vida es una sola, y uno no la hice para pagar deudas, ¿verdad? Cuando llegue a viejo, yo resuelvo, ¿verdad?... Y a la hora de pagar deudas, yo pago una ahora y otra después, que los cobradores esperen sentaditos. Pero eso sí, lleno cuanta solicitud de crédito llega a mis manos y me sigo llenando de deudas que al final, "pagará el diablo." Y pasa el tiempo y vez esas casas a la venta, y esos carros lindos en los dealers y los quieres, pero no tienes dinero ni bien crédito. Ves que cada día te sientes más cansado, y la ropa te sirve cada vez menos. El dinero no te da, no tienes de dónde más sacarlo. La vida, cada día, se hace más monótona. Cada día pesa más vivir.

"Ay, si, Edwin, ya dime ese paso por paso para mejorar todo eso..." ¿Paso por paso? La vida no es IKEA, donde tenemos un libro de instrucciones con los pasos A, B y Con, bien detallados, para que no nos perdamos (aunque nos seguimos perdiendo). La idea que yo les traigo ya yo la dije hace rato. Todo se resume en una sola frase: haz algo por ti. Porque lo que hago por mi es lo más importante que hago en mi vida. todo lo que hago para llegar a donde quiero nunca debe estar más abajo que en el primer lugar de mi lista de "cosas por hacer." El agradecer por la vida, el sentarme a alimentar mi cuerpo antes de comenzar mi día, el salir de mi casa con la idea de que nadie tendrá control sobre cómo yo me siento y me comporto, el guardar para cuando no haya, el cuidar mi crédito, o poner manos a la obra para rehabilitarlo, el visualizar los que quiero y trabajar por ello... son acciones que tengo que decidir hacer a diario, consistentemente. Es el amarme, el quererme a mí mismo del que tanto hemos escuchado y que todavía no acabamos de entender. "Vivir a plenitud", ese concepto utópico, no debe ser exclusivo de nadie, sino de todos. Vivir plenamente es luchar cada día por lo que deseas. Aún con el cansancio, con el dolor, con la rutina... Es que, en las 24 horas que se me conceden cada día, yo haga al menos 1 cosa que me haga mejor persona que ayer, y me ponga en posición de ser mejor mañana, si es que mañana llega. Y si mañana no llega, yo me vaya en paz conmigo mismo con la seguridad de que viví al máximo.

¿Qué he hecho por mí hoy? ¿Agradecí, sonreí, solté una carcajada, comí bien, guardé algo de dinero, aprendí algo nuevo? ¿Me amé un poco más hoy? ¿Luché por algún sueño? Si, luchar, porque en este cuadrilátero que llamamos vida, la pelea dura muchos rounds...