viernes, 11 de mayo de 2012

La satisfacción del deber cumplido, ¿basta?

"La satisfacción del deber cumplido"...

Cuando uno tiene un trabajo de mucha responsabilidad y poco salario, eso es lo único que queda. Porque nadie, NADIE, es indispensable en ninguna empresa o agencia de gobierno. Te arriesgas a sufrir decepción tras decepción al momento en que decides dar la famosa "milla extra". Sabes, muy en el fondo, que el verdadero pago que recibirás por tu esfuerzo es... la satisfacción del deber cumplido. Bla, bla, bla.

Es que, si lo analizas bien, nada hace sentido: te levantas a una hora totalmente inhumana, desayunas (si lo haces) a las millas, para luego meterte en sendo tapón, escuchando cuánta mala noticia recortaron del periódico los de la radio... Entonces llegas ajora'o al trabajo a ponchar, para encontrarte con los mismos 4 gatos que van todos los días, todos los días (como Pizza Hut) a solicitarte servicios con los documentos incompletos.... que ya le has dicho 7 veces que no los tienen completos y no se los vas a recibir, ñeta. Lo último lo dije en mi mente, por si acaso.

Un momento, no se equivoquen... Le agradezco a Dios por tener trabajo en una época tan mala como esta. Puedo proveer para los míos y eso es muy importante. El problema que el trabajo no solamente debe proveer dinero, sino satisfacción personal y progreso profesional. Yo firmé, como dicen por ahí, "pa' 40"... ¿40 años? ¿Haciendo lo mismo? Si fuese haciendo el amor, estaríamos gozando pana mío, pero trabajando en lo mismo, eso no era. Y ganándote centavos, mientras un montón de pelañemas con una décima parte de la inteligencia que yo tengo... en la uña del dedo pequeño de mi pie izquierdo... se embolsillan obscenas cantidades de dinero y no defienden a la clase trabajadora. Y seguirá así ya que iremos a perpetuar nuestras miserias a fuerza de cruces y escrutinios fatulos.

¿Y las uniones? Bien, gracias. Cobrando primas, y si los dejas, te cobran las sobrinas y las hermanas. ¿Así quieren crear conciencia sindical en las nuevas generaciones de empleados públicos? ¿Cada uno con su finquita aparte? Y al final, ¿qué queda? La dichosa satisfacción del deber cumplido... que no me paga la compra ni la casa. Pero está ahí, recordándote que lo verdaderamente importante y valioso en este mundo, casi siempre, es invisible a los ojos y no se le puede poner un número.

Esa satisfacción por el deber cumplido es la que me dará el empujón para salirme de la cama y servir a quién se lo merezca y a quién no. No importa si no hay convenio colectivo, si tus superiores no te apoyan, si te ganas varios enemigos, si ganas menos que en un fast food, si dicen que eres igual de vago que los demás empleados de gobierno... Nada como saber y sentir que cumpliste con tu deber. Es lo único que queda. Es lo único que hace falta.

"Buenos días. ¿En qué le puedo servir?"




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